¿Que es un narrador oral hoy?

 

por Patricia Mix (Chile)


Esta es una pregunta que tiene muchas versiones de respuestas, como versiones de de cuentos hay.

Yo misma estoy teniendo en este "hoy" , una respuesta coincidente en algunos aspectos y distinta en otros, a la que tuve en el "hoy" del año 2005, cuando me la preguntaron en Buenos Aires la primera vez.

Indagando por la respuesta llego a mi experiencia, (la propia que es, en verdad, la única experiencia posible), y a los aprendizajes tanto del cotidiano, como de lo extraordinario en torno a mí ser narradora.

Tanto en el ejercicio del oficio, como en el acompañamiento para la formación de otros/as narradores/as, he tenido -cada vez con mayor nitidez- la conciencia que cada vez que contamos, "nos contamos" nosotros/as mismos/as. En este ejercicio de darse cuenta de lo que narramos y de cómo lo hacemos, se despliegan los personajes y las situaciones con mayor claridad y las dinámicas internas del cuento se suceden con una fluidez que sorprende. En esta práctica intencionada surgen resignificaciones y descubrimientos que han estado operando a nivel del inconciente y que se movilizan en cada contada de la historia, hasta que de pronto algo se nos revela. Es como si hubiéramos dado con la fórmula exacta de la pócima, las palabras justas para romper un hechizo, el aliado perfecto para derrotar al monstruo o la correcta señal para descubrir el camino.

Como esta acción no es solitaria, sino que participa "el público" en la co-construcción de la historia, el acto de narrar se convierte en una ceremonia en la que se movilizan procesos de transformación colectiva. Quienes escuchan, son testigos y co-autores de las historias. Con ellos compartimos un imaginario, un tiempo común y sincrónico distinto al tiempo "del afuera". En este sistema que constituimos juntos mientras contamos, se puede ampliar y enriquecer el repertorio intuitivo, emocional, racional y espiritual para todos/as, al encontrarnos con la atención e intención de las energías puestas en el mismo propósito, aún cuando para cada cual se muestre de modo distinto"para lograr esto, es menester (re)crear una comunidad para la cual contamos.

A diferencia de los antiguos narradores/ as espontáneos/as, cuyo oficio les era dado por tradición o reconocido como un don, por parte de la comunidad a la que pertenecían, nosotros/as hoy debemos ganarnos la confianza y constituir comunidad con aquellas personas a las que les contamos historias. Es desde lo que somos, desde nuestro narrador/a interno que vamos siendo más verdaderos en el relato. Es cuando conectamos con el cuentero que todos/as tenemos dentro, que nos es posible comunicarnos con otros/as. Desde esta perspectiva y en tiempos de hipervínculos virtuales y de escasez de vinculaciones presenciales, el narrador y la narradora -como guía en ese proceso/rito de conexión, de co-construcción de un relato común -abrimos con nuestro oficio, nuevas posibilidades a las artes escénicas y a metodologías adecuadas y pertinentes para la educación, la salud y el trabajo social, pero por sobretodo tenemos la posibilidad de aportar a procesos de integración y sanación.

No obstante, intencionar aquello resulta de una práctica que requiere tener cada vez mayor conciencia de lo que contamos, de cómo lo contamos, de cómo tratamos a nuestro personajes, etc. Esto porque en las acciones ocurridas en el escenario del cuento, (conciente o inconcientemente), están simbólicamente reflejadas las miradas y las acciones que desarrollamos en el escenario de nuestras propias vidas.

Así como podemos conducir (nos) en un viaje por cuentos cuya historia nos muestra que hay acciones virtuosas, historias de astucias, relatos de valentía, u otras, en las que participan personajes que describimos como nobles, vengativos, bondadosos, dependiendo de lo que nos dice el relato; así también y sin que la historia lo requiera, he escuchado ridiculizar, juzgar o denostar a un personaje por alguna característica personal que se subvalora. De este modo, los prejuicios, las fobias y las intolerancias del narrador o narradora se manifiestas en los relatos. Esto, por lo que he observado, ocurre muchas veces con la intención de lograr "enganchar" al público mediante la risa fácil o la complicidad de la burla. Si esta dinámica es aceptada por la mayoría del público y co-construyen un relato desde esos parámetros, la energía que generarán será en ese mismo sentido desintegradora y "probablemente- junto con potenciar el recurso utilizado por quien está relatando, se reducirán los matices en los repertorios emotivos, intelectuales y espirituales de esa presentación, para todos/as quienes están involucrados en la experiencia.

Lo anterior, es mi personal opción y reflexión de lo que es ser un/a narrador/a hoy y es desde ahí dónde he ido orientando mis búsquedas. Ser una cuentera me ha ido abriendo cada vez más posibilidades para comunicarme con personas de todas las edades, de diversos lugares y culturas. Este constituye un oficio en que absolutamente todo está en movimiento y donde lo esencial es la conciencia del aquí y ahora propio y de quienes "escuchan". Un cuento es el relato de una secuencia de imágenes y sentidos que editamos en cada contada y en la que la atención a las miradas, los gestos, las posturas corporales y los comentarios del público son parte esencial del cuento que contamos y en esa co-autoría del mundo en que estamos transitando, tenemos la opción de vivir experiencias enriquecedoras del espíritu desde el humor, la magia, el amor, el coraje, la curiosidad, entre muchas otras.

Todo los que nos ha sucedido y sucede, se sube al escenario con nosotros/as en las historias que contamos; Puede ser protagónico o simple ambiente de la escena y aunque ni siquiera nos percatemos de ello, son parte del relato. Escucharnos y escuchar, mirarnos y mirar es -creo yo- el acercamiento primario y fundamental para el oficio de contar cuentos. Más que seguir haciendo talleres para aprender contar cuentos, habría que hacer para escucharlos" lo demás, si quiere venir" vendrá solo.

*Artículo para el Volumen 3 " Compendio del 10° al 14° encuentro Internacional de Narración Oral "Cuenteros y Cuentacuentos". Editado por Fundación El Libro, Instituto Summa, Alija y Ministerio de Cultura, Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Argentina. Publicado en Abril de 2010

 

  © Patricia Mix Jiménez

Cuentera, Educadora y Licenciada en Filosofía

Valparaíso, Chile

Enviado por su autora, Patricia Mix, para la Red Internacional de Cuentacauentos.

Prohibida su reproducción, total o parcial, sin permiso de su autora, Patricia Mix.

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