Hiperbreves

 

por Diego Parra

 

Escena en un templo 

El lugar: un pequeño templo de madera, rodeado de azules cascadas, afiladas piedras, hermosos abedules y elásticos bambús. Un ambiente brumoso, casi gris, lo invade todo. Allí, justo en el centro mismo del templo, en un hermoso salón adornado con escenas del Hagekure y sentado en perfecta posición de flor de loto , el maestro de harakiri le dice a sus alumnos:

- ¡Pongan atención, porque esto sólo lo voy a hacer una vez !

 

Insomnio

Contrató psiquiatras, chamanes, bioenergéticos, terapeutas, psicólogos, nutricionistas y neurólogos. Bebió extracto de valeriana, agua de manzana, jugo de lechuga, sedantes azules y pastillas de colores. Pero su insomnio persistía. Cambió su cama de dirección, el relleno de su almohada, los colores del techo, la disposición de los muebles en su habitación y la hora de la dormida, pero definitivamente, no conseguía conciliar el sueño. Hasta que un día, después de mucho tiempo y esfuerzos, consiguió dormir bien por primera vez en su vida. Pero soñó que estaba despierto.

 

Una de indios

El atardecer cae pintando el cielo con el sol de los venados. Desde lo más alto de la ladera, y aún montado en su corcel manchado, el jefe indio le dice a su pequeño en brazos:

-Todo esto que ves, hijo mío, en algunos años no será tuyo.

 

Alter Ego

Se conocieron en una galería de arte. Ella no necesitó escucharlo demasiado para quedar perpleja: su conocimiento sobre la obra del pintor era admirable. La forma como hablaba hipnotizaba. Se enamoraron locamente y se juraron amor eterno. Pasaron la noche juntos y una semana más tarde ella se pasaría a vivir a su apartamento.

Esa tarde trajo sus dos maletas, su uniforme camuflado, su hamaca para dormir en la selva, el equipo de binóculos y sus guías de pájaros del mundo. El no requeriría que ella le hablara demasiado para comenzar a adorar el mundo de los pájaros. La primera vez que fueron al Amazonas, él descubrió que había encontrado la vocación de su vida. Se podía pasar todo un día agazapado debajo de un árbol esperando a que cantara un atrapamoscas o que se limpiara las alas un mochilero de pico blanco.

Mientras tanto, ella soñaba con regresar a la ciudad. Extrañaba el otoño y los cafés, el olor a madera y pintura de las galerías de arte. El quiso encontrar un cardenal de pico blanco. Ella, descubrir la influencia del surrealismo en el arte moderno mexicano.

A los veinte meses se dejaron de ver. El descubrió una nueva especie de carpintero en las selvas del Brasil. Ella dio su primera conferencia sobre Remedios Varo en Madrid.

 

Consecuencias

Quién iría a pensar que la princesa se decidiría por cruzar aquél día el bosque y que le fuera a dar un beso al sapo, que el sapo se convirtiera en príncipe, que terminasen casándose en aquél hermoso castillo de piedras grises a la orilla del lago, que él se fuera a morir del tedio con su vida de casado y la matara a los dos meses, que lo fueran a condenar a muerte, que el verdugo fuese primo suyo y en el momento mismo de la condena lo dejase escapar, que huyera de nuevo al bosque y comenzara a robarle a los ricos para darle plata a los pobres, que luego, caminando, encontrara una princesa casi muerta por algo de una manzana y que le fuera a dar un beso que la despertara, y que se fuera a casar de nuevo y se volviera a separar y que, finalmente, se dedicara a criar sapos encantados en un viejo estanque, a la espera de princesas perdidas con el único fin de sublimar sus culpas por no haber tenido nunca, nunca, la más mínima suerte en los asuntos del amor"

 

Todo comienza"

Todo comienza cuando Juan le jala una oreja y se ríe a carcajadas. Luego vamos saliendo uno a uno del closet, de debajo de la almohada, Claudia entra por las rendijas del suelo, Paco sale del cajón de abajo y nos ponemos a formar zafarranchos, dúos, tríos, comités de aplausos y brigadas de alegría jalándole alguno un dedo, otro espichando su naricita hasta que se pone rojo y aguanta la respiración por un segundo. Luego vienen los guiños y las muecas, las risas, los ojos semicerrados y la presión en el ombligo.

Cuando las risas suben de volumen ya sabemos que no nos queda mucho tiempo. Entonces seguimos con los saltos desde arriba, el juego del trampolín y la catapulta, el lanzamiento de medias y los jalones en los dedos de los pies. Las carcajadas nos llenan a todos, de eso prácticamente vivimos nosotros.

Y entonces se abre de súbito la puerta y entran ella sola, o los dos, o sólo él. Todos nos vamos escurriendo tristes y tranquilos, nos preparamos para dormir o aguardar al día siguiente mientras el niño nos mira con una mezcla de condescendencia y ternura y ellos le repiten que no, que los amigos imaginarios no existen.

 

 

 

Autor: Diego Parra

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