El señor gato

 

Estando el señor gatito

en silla de oro sentado

cuando le vinieron cartas

que había de ser casado

con una gata morena

que costó dos mil ducados.

Una noche por ir a verla

se ha caído un tejado abajo,

se rompió siete costillas

y el botillo arreventado.

Vienen para visitarle

médicos y cirujanos;

todos le toman el pulso.

--Este gato está muy malo;

dadle caldo de gallina

que es caldo muy sustanciado,

y si no sana con ello

denle un fuerte testarazo.

Otro día a la mañana

ya estaba muerto el buen gato.

Las gatas visten de luto,

los gatos de paño pardo;

los gatines chiquitienes

van detrás miau, miaurrumiago;

los ratones por el tejado

van alegres y cantando:

--Ya se murió ese traidor,

ya se murió ese buen gato.

 

 

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